31 enero, 2006

Nuevo libro: La Iglesia Catolica y el Holocausto...


La iglesia católica y el holocausto. Una deuda pendiente, de Daniel Jonah Goldhagen, norteamericano y editado por editorial Taurus.

El autor divide la obra en tres partes, en la primera analiza la conducta que tuvo el Vaticano y la iglesia como institución ante el holocausto. Explica como en 1933 el Vaticano con la negociación de Eugenio Paccelli, en ese momento secretario de estado vaticano y luego Pio XII, firmo el concordato con la Alemania Nazi, fue el primer estado que firmo un tratado de cooperación con Alemania de Hitler y fue usado para legitimar el poder del dictador sobretodo desde la iglesia alemana. Desde ese momento el silencio de la Iglesia Católica Apostólica Romana sobre el holocausto y su barbarie fue constante, escandaloso y hasta cómplice. Si bien la Iglesia expreso en 1998 que la “shoah fue obra de un típico régimen moderno profundamente neopagano, Su antisemitismo echaba sus raíces fuera del cristianismo” el autor deja bien en claro que el antisemitismo del cual se ha valido el nazismo esta arraigado desde los inicios de la era cristiana y fue usado por la Iglesia durante dos mil años, considerar a los judíos asesinos de Cristo, hijos del demonio, profanadores de toda bondad y responsables de gran parte de las calamidades y sufrimientos del ser humano, en esos términos la Conferencia Católica de EEUU en 2001 decía... “El antijudaismo cristiano sentó realmente las bases de un antisemitismo racial y genocida, al estigmatizar no solo el judaísmo sino a los propios judíos, haciéndolos objeto de oprobio y desprecio, De manera que lo trágico fue que las teorías nazis encontraran un terreno abonado en el que sembrar el horror de un intento de genocidio sin precedentes.”
Las primeras matanzas sucedieron en 414 en la Alejandría recién cristianizada, en la edad media era común todo tipo de ataque a los judíos, alentadas por los sacerdotes y obispos. Ni hablar de las cruzadas que son vistas como románticas y heroicas, cuando en realidad fueron hordas de ignorantes que arrasaban con todo a fin de generar su propia fortuna, obviamente alentados por el Papa y la iglesia para atacar a los árabes, que estaban años luz mas adelantados en ciencias, y humanidades. Es mas que conocida la crueldad de la inquisición de los reyes católicos con la iglesia atrás, echándole la culpa a los judíos de todas las calamidades que sucedían en la época, hasta en la reforma luterana acusaron a Lutero de hereje y judío cuando el mismo fue claramente antijudio declarando en una homilía “Sobre los judíos y sus mentiras: que estos son para nosotros una pesada carga, la calamidad de nuestro ser, una plaga en el corazón de nuestra tierra”
El autor destaca como la iglesia alemana ni siquiera hizo silencio como el vaticano sino que alentó los ataques a los judíos defendiendo el régimen de Hitler sin que el Papa como jefe de la misma condene esos ataques a pesar de que todos estaban claramente informados de lo que pasaba, le entregaron sus archivos al nazismo para que efectuara la limpieza racial, negándose a hacerlo solo en el caso de los judíos convertidos al cristianismo.
En Eslovenia, país absolutamente católico y cuyo presidente era el obispo Tiso fueron deportados y asesinados todos los judíos con apoyo del estado, el Papa mantuvo silencio aun cuando sus asesores ante el carácter de obispo del presidente esloveno le aconsejaban que la Iglesia iba a quedar “pegada” en la masacre. Lo mismo sucedía en Croacia, Hungria, Polonia países todos católicos.
Hace caer el argumento de que la iglesia nada podía hacer ante el avance del nazismo por su neutralidad, con la simple mención a que cuando los nazis llevaron a los enfermos y a los discapacitados mentales a los campos para matarlos, los obispos alemanes criticaron con dureza esta practica desde sus pulpitos y los nazis tuvieron que derogar la ley, de mas esta decir que nada les paso a los obispos ni sacerdotes.
En Dinamarca, Noruega y Bulgaria, las iglesias protestantes denunciaron públicamente el ataque a los derechos de los ciudadanos judíos, organizándose para defenderlos, siendo los propios sacerdotes los lideres de la resistencia, al punto que luego de años de ocupación cuando los judíos fueron deportados a ninguno se lo llevo a campos de exterminio por los perdidos de informes que salían de las propias iglesias.
Cierra esta primera etapa con una simple pregunta: “¿que hubiera echo Jesús? Y sus tres respuestas posibles con la implicancia q tiene esto para la iglesia y moral católicas.
En la segunda etapa juzga los actos de la iglesia a partir de la propia moral cristiana.
El autor da ejemplos de cómo la iglesia alemana alentaba la limpieza racial, de cómo el Vaticano condeno el Comunismo y excomulgo a todos los comunistas pero nada dijo de el nazismo que estaba matando millones de personas, de cómo desde el Vaticano no solo no se dijo nada de los ataques a los judíos y sus derechos sino que se alentaron los mismos, tanto en Francia como en Italia. “El gobierno de Vichi emitio un comunicado legitimando las leyes antijudias explicando que “resulta que en la legislación destinada a proteger Francia de la influencia judía nada se opone a la doctrina de la iglesia” Nadie del vaticano dijo nada para contradecir esto”, en Italia ya en agosto de 1943, luego de la caída de Mussolini, el representante del Papa se reunió con el nuevo gobierno y le pidió solo la derogación de las leyes que perjudicaban a los judíos convertidos al catolicismo y no del resto, al contrario, estas deberían ser confirmadas. En 1939 un obispo en el L´Observatore Romano, el diario del Vaticano, escribía “La Iglesia siempre ha considerado que vivir junto a los judíos, mientras sigan siéndolo es algo peligroso para la fe y la tranquilidad del pueblo cristiano.” ¿De que manera se iban a oponer a esas leyes si ellos las estaban alentando?
Aun después de la guerra y luego de la caída de Alemania lo que no hicieron por ayudar a los judíos lo hicieron para salvar a sus asesinos, El obispo Hudal, amigo y confidente de Pio XII y de Pablo VI, jefe de la iglesia alemana en Roma se jactaba que “después de 1945 todo mi trabajo caritativo se dedicó principalmente a antiguos integrantes del nacionalsocialismo y del fascismo, sobre todo a los denominados “criminales de guerra”, a los que se estaba persiguiendo y según el, “carecían por completo de culpabilidad personal” Alardeaba que “mediante documentación falsa rescaté a no pocos de ellos, para que pudieran escapar de sus torturadores y alcanzar tierras mas afortunadas” (los torturadores eran los aliados) entre otros salvo a Adolf Eichmann (creador de la “solución final); Franz Stangl (director de dos campos de exterminio); Kurt Christmann (comandante de las fuerzas que entraron a la URSS y masacraron a los judíos rusos); Klaus Barbie (“el carnicero de Lyon”); Ante Pavelic (cabeza del régimen croata); Josef Mengele (nada que decir no?). Eichmann decidió, luego de desembarcar sano y salvo en Argentina, que en su pasaporte figure que era católico a pesar de ser protestante. Explicó: “Recuerdo con profunda gratitud la ayuda que me prestaron sacerdotes de la Iglesia Católica en mi huida de Europa y decidí honrar a la fe católica convirtiéndome en miembro honorario.” El autor explica que “uno de los altos funcionarios eclesiásticos que participaron activamente en tales actividades y que rendía cuentas detalladas a Pio XII dos veces al día, era su mano derecha, Monseñor Montini, el futuro Paulo VI.
La tercera parte se titula “Reparar el daño”
Explica como el Vaticano en 1999 instituyo una comisión formada por tres católicos y tres judíos para revisar la actuación de Pio XII, pero el Vaticano denegó sistemáticamente todos los pedidos de la documentación obrante en los Archivos Vaticanos y ante la lógica y unánime protesta de la comisión, atribuyo la misma a una campaña anticatólica de los miembros judíos. Nada dijo de los católicos a pesar de q habían protestado igualmente y la comisión se termino por disolver sin llegar a ninguna conclusión.
Cuenta como en 1996, dos años después de la masacre de Ruanda, donde en solo tres meses el Gobierno y la tribu Hutus masacraron a medio millón de integrantes de la tribu Tutsis, el Papa Juan Pablo II expreso “Todos los miembros de la iglesia que hayan pecado durante el genocidio han de tener el valor de arrostrar las consecuencias de los actos que han cometido contra Dios y su propio futuro.” Luego de mas de cincuenta años de finalizada la segunda guerra la Iglesia todavía no se refiere de esta forma al holocausto judío.
Hubo manifestaciones de los Obispos católicos norteamericanos, de los obispos franceses, de las iglesias católica y protestante alemanas, de los luteranos pero desde el Vaticano se sigue en silencio!.
Explica como en la Biblia se inventa la ficción de todo el pueblo judío exigiendo la crucifixión de Jesús, gritando “Crucificadlo!” aceptando su culpabilidad y vertiendo con igual disposición la maldición por dicha culpa sobre sus deudos. “Y todo el pueblo respondió “Caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos”. Fueron los romanos quienes decidieron acabar con la vida de Jesús y lo mataron crucificándolo de acuerdo a la costumbre romana, claro que cuando se escribieron los evangelios, por lo menos cien años después de la muerte de Jesús, Roma era el imperio y el poder, los primeros cristianos luchaban por sobrevivir y ampliar sus filas. Ni que hablar que luego la Iglesia se instituye en Roma, obviamente no le iban a echar la culpa de la muerte de Jesús al propio emperador que tenían enfrente! Las palabras que pone Mateo en la boca de Jesús “serpientes, raza de viboras...” Hay que recordar que tanto Jesús, como su madre, como Jose, como los apóstoles como toda la gente q lo escuchaba (salvo los romanos) eran judíos, difícilmente el hijo de Dios se dirija así al pueblo q trataba de convencer no?
La iglesia veinte años después del holocausto, con el Concilio Vaticano II y en 1985 comenzó a cambiar su relación con los judíos, lastima que se quedan en las declaraciones y no llegan a los pulpitos, dicha declaración explica que “algunas referencias hostiles o menos que favorables a los judíos tienen su contexto histórico en los conflictos entre la Iglesia naciente y la comunidad judía. Algunas polémicas reflejan las relaciones cristiano-judías mucho después de la época de Jesús” vale recordar que un sacerdote santiagueño hace unos años decía que el holocausto era un invento, tampoco se escucho ningún reto de los obispos argentinos.
Finalmente durante cincuenta años el vaticano, pese a tener relaciones con casi todas las naciones del mundo, inclusive las dictaduras mas terribles, no reconocía al Estado de Israel, recién en 1994 hicieron el intercambio protocolar de embajadores.
El autor termina con una conclusión donde dice que la Iglesia debe continuar el camino iniciado con el Concilio Vaticano II y es su deber moral recomponer las relaciones con los judíos tanto para estos como para la misma iglesia, una doctrina de odio no es compatible con las enseñanzas de Jesús.
Excelente libro, a pesar de ser un ensayo y de abundar en datos no aburre para nada y es de fácil lectura, mucho de lo que dice se puede aplicar a los sacerdotes y a la Iglesia argentina durante la dictadura, que salvo honrosas excepciones apoyaron a los militares a pesar de los asesinatos, las violaciones, los robos que ellos mismos llevaban a cabo.


Calificación: 4 1/2 llamaradas Moe!
GRACIAS ARIS! POR PRESTARMELO!!!!!!!!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

De nada Fedes, y me alegro que te haya gustado. Averguenza ser cristiano cuando uno lee estas cosas.Besos, te quiero.

Goodoy dijo...

Gracias por informarnos sobre este tema tan escondido.

Dónde puedo conseguir este libro?

mi correo mistergodoy31@gmail.com